martes, 23 de diciembre de 2014

Petróleo venezolano podría ubicarse debajo de 60 dólares el barril en 2015





Salvatore Lo Mónaco/Detrás del Dinero-. Los analistas del mercado petrolero proyectan varios escenarios para el 2015, en medio de una guerra de precios que Arabia Saudita no está dispuesta a perder en términos de cuotas y lo acompañan los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar, que podrían incluso aumentar sus volúmenes de producción, según dejó entender Alí Al Naimi, el poderoso ministro de petróleo saudita sin que tuviera objeciones expresas de parte del Secretario General de la Opep, El Bradi. Esto, aparte de la cuota liberada de Irak, sin saber exactamente tampoco lo que produce Irán, Libia y Siria actualmente.

Efectivamente la lucha es por cuotas de mercado. Arabia Saudita estaría dispuesta incluso a aumentar su producción, así los precios caigan a 30 dólares el barril, con tal de desincentivar otras fuentes de energía, especialmente los hidrocarburos derivados del fracking, el shale oil, que es el gran “caballito de batalla” de EE.UU., y que ha estimulado la producción para alcanzar en el momento más de 20.000 pozos en plena producción, especialmente en Dakota del Norte y Texas que equivalen a 10 veces las reservas de Arabia Saudita,  sin sumar las arenas bituminosas del Canadá ni la mayor producción de energía hidroeléctrica en diferentes  países, ni los avances tecnológicos en materia de energía eólica, paneles solares y el uso del hidrógeno, así como el empleo de materiales ligeros para reducir el consumo energético.

 Además de la producción petrólera de Brasil en aguas profundas y de la mayor extracción de hidrocarburos y gas en Bolivia y Colombia, hay que tomar en cuenta la producción de los países No Opep, incluyendo a Rusia, que estaría dispuesto a aumentar sus volúmenes de producción para compensar sus ingresos por bajos precios, considerando también las sanciones económicas de la Comunidad Europea y otros bloques, más los conflictos con Ucrania, que están creando una gran crisis en ese país y la caída del valor del rublo.

Si a esta mayor producción de energía, en sus diferentes fuentes, le sumamos la caída en la demanda de China, Europa y Japón, entre otros países, el resultado será un menor precio, que es lo que efectivamente está ocurriendo. Los mayores productores petroleros, encabezados por Arabia Saudita, tienen crudos ligeros, de fácil extracción y de menores costos, por lo que pueden competir tratando de desplazar al shale oil, que actualmente requiere un precio de mercado que oscila entre 50 y 60 dólares el barril para ser rentable.

 Sin embargo, como dijimos antes, ya hay más de 20.000 pozos abiertos en EE.UU., cuya inversión inicial está cubierta y estarán bombeando hidrocarburos durante por lo menos tres trimestres seguidos del año venidero, hasta que el precio caiga muy por debajo de su rentabilidad proyectada para abrir nuevos pozos. Además, las economías de escala y las grandes inversiones y avances tecnológicos están reduciendo los costos para extraer shale oil, por lo que se prevé que a mediados del año próximo, los costos podrían reducirse a 30 o 40 dólares el barril de shale oil. No todos los productores de petróleo convencional estarán dispuestos a bajar sus precios a 30 o 40 dólares el barril, no solamente por un problema de rentabilidad sino de requerimientos de ingresos necesarios de divisas para no afectar su balanza económica.

Así que el shale oil y las nuevas fuentes de energía marcarán en el mediano y largo plazo el techo que tendrán los precios de los hidrocarburos convencionales. Ya nadie habla de 100 dólares el barril. Es historia. Efectivamente el alto precio del petróleo permitió el desarrollo de nuevos actores en el mercado en el año 2010 al superar la cuota de 100 dólares el barril.  Así que la lección está clara. La competencia será por volúmenes producidos y por la mayor eficiencia en reducción de costos por barril extraído. A largo plazo, será la energía solar, eólica, el hidrógeno y otras energías limpias las que sustituirán el consumo de hidrocarburos, por ello algunos países productores de petróleo convencional están empleando sus ingresos para diversificar su producción e inversiones en otros sectores, como de hecho está haciendo Qatar en turismo y Noruega en fondos de inversiones y Arabia Saudita que empleas sus excedentes en la compra de acciones de las principales compañías mundiales.
Todos hacen pronósticos para el futuro, proyectando precios del crudo, incluyendo los astrólogos. La agencias de noticias consultan a expertos de bancos de inversión, de corredores del mercado bursátil, de la Agencia Internacional de Energía (AIE), de la Opep, de empresas analistas de riegos y de prominentes docentes e investigadores de las más prestigiosas universidades del mundo. 

Algunos de los consultados dicen que  el Brent promediará 74 dólares el barril en el 2015 y que el WTI (del mercado norteamericano) se ubicará en 69 dólares. Otros creen que el Brent estará en 60 dólares y el WTI podría promediar los 54 dólares. Se eso es así, el crudo venezolano, más pesado, estará oscilando entre 49 y 54 dólares en el primer semestre del 2015. Hay que recordar que si hay mayor demanda subirá el precio de todos los crudos y disminuirán la diferencia entre los tipos de petróleo, de acuerdo a su grado API. Si la demanda se mantiene o disminuye, los compradores preferirán crudos ligeros y los pesados bajarán aún más de precio, por reglas económicas.

El problema de Venezuela
Venezuela, a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo en la Faja del Orinoco, no está siendo explotada convenientemente y de acuerdo a las circunstancias y el futuro del país por el modelo implantado de empresas mixtas que desplazó al de “asociaciones estratégicas”.

 Ahora, con la política “nacionalista” que dejó el ex presidente Hugo Chávez Frías, Pdvsa debe ser la principal accionista de cualquier inversión petrolera y ello significa que debe desembolsar esa misma cantidad en acciones que sustenten el monto total. Y Venezuela no tiene cómo hacerlo. Por ello se endeuda con China y otras empresas que invierten. Antes, con las asociaciones estratégicas, la inversión corría por cuenta de los inversionistas interesados y a su riesgo. Si se descubrían yacimientos y se explotaban, Pdvsa obtenía una ganancia (y pagaba por servicios) y si no se encontraba nada, perdían los inversionistas. Ahora no es así. Ciertamente Pdvsa asigna áreas, sin embargo debe poner dinero para tener mayoría accionaría. Y como no tiene divisas, recurre a estrategias de financiamiento, que finalmente se convierten en venta de petróleo a futuro. Por ejemplo, con China, estamos endeudados, no se perciben ingresos por los “adelantos” que el gigante asiático ha hecho a Venezuela para resolver sus problemas de “flujo de caja”.

El otro problema  tiene que ver con la falta de inversión para una mayor producción, cuyas cifras actuales no se conocen, ni siquiera Pdvsa ha informado a la Opep. Algunas estimaciones extraoficiales, a falta de datos oficiales, ubican la producción petrolera venezolana en 2,4 millones de barriles diarios. Según el Plan de Pdvsa elaborado en el año 1.996, se estimaba que para el año 2006 Venezuela estaría produciendo alrededor de 6 millones de barriles diarios, cosa que no ha ocurrido.

 Si damos por cierta la cifra de 2.4 millones de barriles diarios, podríamos entender lo que está ocurriendo. Le descontamos a esa cifra alrededor de 700 mil barriles diarios de consumo interno subsidiado (principalmente gasolina) y otros 300 mil b/d a Petrocaribe, Alba y Mercosur (Cuba se lleva la mayor tajada, alrededor de 100 mil barriles diarios) a cambio de trueque (médicos, deportistas y actividades de seguridad como aduanas, cédulas, pasaportes y otros), y otros 500 mil barriles que se lleva China. ¿Cuánto nos queda para vender en efectivo al mercado internacional?. Saquen las cuentas.  Le dará aproximadamente 900.000 b/d, que es lo que se vende efectivamente. Si esa cifra la multiplicamos por un estimado de 60 dólares el barril para el año venidero, 2015, nos dará un ingreso bruto de 20.000 millones de dólares aproximadamente (hay que estimar que el 96% de las divisas que ingresan al país provienen de la venta de petróleo).

 Claro, a esa cifra habría que agregarle el porcentaje que pagan los países subsidiados, monto que no conocemos. Vamos a “redondear” y suponer que los países subsidiados entregan 4.000 millones de dólares anuales (cosa que no ocurre),  en  América Latina y otros 10.000 millones de dólares con China, sumaríamos entonces el ingreso anual por petróleo por 35.000 millones de dólares anuales, aproximadamente. Saquen la cuenta diaria. Ese, y no otro, es el problema que tenemos para las importaciones y para la vida del país, en cuanto se refiere a ingresos externos.

Espero que alguien desmienta estas cifras, que diga que mis cálculos están equivocados, que al país le ingresan más recursos. Sería una gran felicidad para mí y para todos mis compatriotas.



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