Salvatore Lo
Mónaco/Detrás del Dinero-. Los analistas del mercado petrolero proyectan
varios escenarios para el 2015, en medio de una guerra de precios que Arabia
Saudita no está dispuesta a perder en términos de cuotas y lo acompañan los
Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar, que podrían incluso aumentar sus
volúmenes de producción, según dejó entender Alí Al Naimi, el poderoso ministro
de petróleo saudita sin que tuviera objeciones expresas de parte del Secretario
General de la Opep, El Bradi. Esto, aparte de la cuota liberada de Irak, sin
saber exactamente tampoco lo que produce Irán, Libia y Siria actualmente.
Efectivamente la lucha es por cuotas de mercado.
Arabia Saudita estaría dispuesta incluso a aumentar su producción, así los
precios caigan a 30 dólares el barril, con tal de desincentivar otras fuentes
de energía, especialmente los hidrocarburos derivados del fracking, el shale
oil, que es el gran “caballito de batalla” de EE.UU., y que ha estimulado la
producción para alcanzar en el momento más de 20.000 pozos en plena producción,
especialmente en Dakota del Norte y Texas que equivalen a 10 veces las reservas
de Arabia Saudita, sin sumar las arenas
bituminosas del Canadá ni la mayor producción de energía hidroeléctrica en
diferentes países, ni los avances
tecnológicos en materia de energía eólica, paneles solares y el uso del
hidrógeno, así como el empleo de materiales ligeros para reducir el consumo
energético.
Además de la producción petrólera de Brasil en aguas profundas y de
la mayor extracción de hidrocarburos y gas en Bolivia y Colombia, hay que tomar
en cuenta la producción de los países No Opep, incluyendo a Rusia, que estaría
dispuesto a aumentar sus volúmenes de producción para compensar sus ingresos
por bajos precios, considerando también las sanciones económicas de la Comunidad
Europea y otros bloques, más los conflictos con Ucrania, que están creando una
gran crisis en ese país y la caída del valor del rublo.
Si a esta mayor producción de energía, en sus
diferentes fuentes, le sumamos la caída en la demanda de China, Europa y Japón,
entre otros países, el resultado será un menor precio, que es lo que
efectivamente está ocurriendo. Los mayores productores petroleros, encabezados
por Arabia Saudita, tienen crudos ligeros, de fácil extracción y de menores
costos, por lo que pueden competir tratando de desplazar al shale oil, que
actualmente requiere un precio de mercado que oscila entre 50 y 60 dólares el
barril para ser rentable.
Sin embargo, como dijimos antes, ya hay más de 20.000
pozos abiertos en EE.UU., cuya inversión inicial está cubierta y estarán
bombeando hidrocarburos durante por lo menos tres trimestres seguidos del año
venidero, hasta que el precio caiga muy por debajo de su rentabilidad
proyectada para abrir nuevos pozos. Además, las economías de escala y las
grandes inversiones y avances tecnológicos están reduciendo los costos para
extraer shale oil, por lo que se prevé que a mediados del año próximo, los
costos podrían reducirse a 30 o 40 dólares el barril de shale oil. No todos los
productores de petróleo convencional estarán dispuestos a bajar sus precios a
30 o 40 dólares el barril, no solamente por un problema de rentabilidad sino de
requerimientos de ingresos necesarios de divisas para no afectar su balanza
económica.
Así que el shale oil y las nuevas fuentes de
energía marcarán en el mediano y largo plazo el techo que tendrán los precios
de los hidrocarburos convencionales. Ya nadie habla de 100 dólares el barril.
Es historia. Efectivamente el alto precio del petróleo permitió el desarrollo de
nuevos actores en el mercado en el año 2010 al superar la cuota de 100 dólares
el barril. Así que la lección está
clara. La competencia será por volúmenes producidos y por la mayor eficiencia
en reducción de costos por barril extraído. A largo plazo, será la energía
solar, eólica, el hidrógeno y otras energías limpias las que sustituirán el consumo
de hidrocarburos, por ello algunos países productores de petróleo convencional
están empleando sus ingresos para diversificar su producción e inversiones en
otros sectores, como de hecho está haciendo Qatar en turismo y Noruega en
fondos de inversiones y Arabia Saudita que empleas sus excedentes en la compra
de acciones de las principales compañías mundiales.
Todos hacen pronósticos para el futuro,
proyectando precios del crudo, incluyendo los astrólogos. La agencias de
noticias consultan a expertos de bancos de inversión, de corredores del mercado
bursátil, de la Agencia Internacional de Energía (AIE), de la Opep, de empresas
analistas de riegos y de prominentes docentes e investigadores de las más
prestigiosas universidades del mundo.
Algunos de los consultados dicen que el Brent promediará 74 dólares el barril en
el 2015 y que el WTI (del mercado norteamericano) se ubicará en 69 dólares.
Otros creen que el Brent estará en 60 dólares y el WTI podría promediar los 54
dólares. Se eso es así, el crudo venezolano, más pesado, estará oscilando entre
49 y 54 dólares en el primer semestre del 2015. Hay que recordar que si hay
mayor demanda subirá el precio de todos los crudos y disminuirán la diferencia
entre los tipos de petróleo, de acuerdo a su grado API. Si la demanda se
mantiene o disminuye, los compradores preferirán crudos ligeros y los pesados
bajarán aún más de precio, por reglas económicas.
El
problema de Venezuela
Venezuela, a pesar de tener las mayores reservas
de petróleo del mundo en la Faja del Orinoco, no está siendo explotada
convenientemente y de acuerdo a las circunstancias y el futuro del país por el
modelo implantado de empresas mixtas que desplazó al de “asociaciones
estratégicas”.
Ahora, con la política “nacionalista” que dejó el ex presidente
Hugo Chávez Frías, Pdvsa debe ser la principal accionista de cualquier
inversión petrolera y ello significa que debe desembolsar esa misma cantidad en
acciones que sustenten el monto total. Y Venezuela no tiene cómo hacerlo. Por
ello se endeuda con China y otras empresas que invierten. Antes, con las
asociaciones estratégicas, la inversión corría por cuenta de los inversionistas
interesados y a su riesgo. Si se descubrían yacimientos y se explotaban, Pdvsa
obtenía una ganancia (y pagaba por servicios) y si no se encontraba nada,
perdían los inversionistas. Ahora no es así. Ciertamente Pdvsa asigna áreas,
sin embargo debe poner dinero para tener mayoría accionaría. Y como no tiene
divisas, recurre a estrategias de financiamiento, que finalmente se convierten
en venta de petróleo a futuro. Por ejemplo, con China, estamos endeudados, no
se perciben ingresos por los “adelantos” que el gigante asiático ha hecho a
Venezuela para resolver sus problemas de “flujo de caja”.
El otro problema
tiene que ver con la falta de inversión para una mayor producción, cuyas
cifras actuales no se conocen, ni siquiera Pdvsa ha informado a la Opep.
Algunas estimaciones extraoficiales, a falta de datos oficiales, ubican la
producción petrolera venezolana en 2,4 millones de barriles diarios. Según el
Plan de Pdvsa elaborado en el año 1.996, se estimaba que para el año 2006
Venezuela estaría produciendo alrededor de 6 millones de barriles diarios, cosa
que no ha ocurrido.
Si damos por cierta la cifra de 2.4 millones de barriles diarios,
podríamos entender lo que está ocurriendo. Le descontamos a esa cifra alrededor
de 700 mil barriles diarios de consumo interno subsidiado (principalmente
gasolina) y otros 300 mil b/d a Petrocaribe, Alba y Mercosur (Cuba se lleva la
mayor tajada, alrededor de 100 mil barriles diarios) a cambio de trueque
(médicos, deportistas y actividades de seguridad como aduanas, cédulas,
pasaportes y otros), y otros 500 mil barriles que se lleva China. ¿Cuánto nos
queda para vender en efectivo al mercado internacional?. Saquen las cuentas. Le dará aproximadamente 900.000 b/d, que es lo
que se vende efectivamente. Si esa cifra la multiplicamos por un estimado de 60
dólares el barril para el año venidero, 2015, nos dará un ingreso bruto de
20.000 millones de dólares aproximadamente (hay que estimar que el 96% de las
divisas que ingresan al país provienen de la venta de petróleo).
Claro, a esa
cifra habría que agregarle el porcentaje que pagan los países subsidiados,
monto que no conocemos. Vamos a “redondear” y suponer que los países
subsidiados entregan 4.000 millones de dólares anuales (cosa que no ocurre), en
América Latina y otros 10.000 millones de dólares con China, sumaríamos
entonces el ingreso anual por petróleo por 35.000 millones de dólares anuales,
aproximadamente. Saquen la cuenta diaria. Ese, y no otro, es el problema que
tenemos para las importaciones y para la vida del país, en cuanto se refiere a
ingresos externos.
Espero que alguien desmienta estas cifras, que
diga que mis cálculos están equivocados, que al país le ingresan más recursos.
Sería una gran felicidad para mí y para todos mis compatriotas.
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