Los 150
millones de dólares que no ha querido devolver el Banco Santander, ante la
frustrada compra del Banco de Venezuela, que impidió la Superintendencia de
Bancos de Venezuela, por no considerar del todo claras las llamadas “notas
estructuradas” que finalmente completarían el monto requerido por la
institución española, y que además, en
el trasfondo de la decisión se escondía la intención de compra del Venezuela
por parte del gobierno de Hugo Chávez Frías, hizo que quedaran en el “limbo” las arras
otorgadas por Víctor Vargas Irausquín a Emilio Botín, dueño del Santander.
De nada valieron gestiones que hizo personalmente
Vargas, ni siquiera sirvieron las relaciones de su yerno, de la nobleza
española y francesa. Resultaron también frustradas las gestiones políticas en
Miraflores para que se consideraran las arras otorgadas en la negociación final
que hizo el gobierno y que de alguna forma le devolvieran lo pagado. Botín, un hueso duro de roer, se quedó “como
si nada”. El banquero español comentó
entre amigos que “lo que entra al banco no sale”. Vargas celebró el “triunfo”
en octubre del año 2010 y se atrevió a enfrentar a Botín abiertamente, ante la
prensa, por una decisión de un tribunal en Madrid que obligaba al Santander a
devolver los 150 millones de dólares, más los intereses causados en esos años
que duró la disputa.
Sin embargo, la decisión del tribunal madrileño fue
“alegría de tísico” ante el reciente fallo emitido por el Tribunal Supremo de
España que exime al Banco Santander de devolver US$ 150 millones a B.O.D. Ahora
el banco venezolano solicitó una aclaratoria de la sentencia de la Sala Civil
de dicha instancia por considerar que existen “sorprendentes y graves
equivocaciones que impiden entender si los jueces analizaron apropiadamente el
material probatorio, pues se confunde el contrato de “escrow” con el de compraventa
y atribuye los efectos y las consecuencias”.
El B.O.D. intentará una acción o recurso denominado
“incidente extraordinario de nulidad de actuaciones”, en el que expondrá sus
argumentos sobre supuestas violaciones en la sentencia, apegados además al
contrato firmado en julio de 2008 con el Santander y el requerimiento del reembolso del depósito
en garantía por la opción de compra. Santander no devolvió el dinero y acudió a las máximas
instancias tribunalicias que finalmente fallaron a su favor, para que no
devolviera el dinero ni los intereses.
Ante la perspectiva de perder, nada más y nada
menos que 150 millones de dólares, Víctor Vargas instruyó a sus abogados y al
bufete respectivo que apelara a la decisión introduciendo un recurso de amparo
constitucional ante el Tribunal Constitucional para solicitar legalmente el
reembolso de su capital y de los intereses respectivos. Mientras tanto, los
únicos que están ganando son los abogados y el bufete madrileño y el que pierde
directamente no es el B.O.D. sino Víctor Vargas Irausquín en su patrimonio.
Veremos, pasará tiempo y dinero a ver quién finalmente ganará la disputa.
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