domingo, 21 de diciembre de 2014

Aumentan clonaciones de tarjetas de crédito en Navidad








Los reclamos de poseedores de tarjetas de créditos clonadas ante los bancos aumentan en períodos de navidad, debido al mayor consumo y al uso más extensivo del plástico, dado el mayor nivel de liquidez en el mercado producto del cobro de utilidades y aguinaldos. También se reportan sustracciones o cargo de dinero en el exterior, en las tarjetas de crédito, sin que la persona haya viajado al país en que se registra la operación. Las nuevas tecnologías han sido aprovechadas por la delincuencia organizada para sustraer los haberes de los depositantes mediante diferentes métodos, tanto de hardware como de software y el fraude se ha globalizado.

A tal efecto, están utilizando una herramienta denominada “skimmer” para clonar tarjetas, que incluso son adquiridas libremente por internet, con precios de 100 dólares aproximadamente, que permiten almacenar hasta 20 claves de tarjetas, con dos modalidades, portátil (usada por empleados  o comerciantes de tiendas que ganan una comisión por cada tarjeta clonada)  y otra que se aplica en los cajeros automáticos.

El skimmer portátil permite que en pocos segundos el personal que cobra en los negocios pase el plástico por la ranura del dispositivo sin que el cliente lo perciba, en un pequeño descuido, considerando las reducidas dimensiones del artefacto. 

Puede suceder en cualquier tipo de negocios, grandes o pequeños. Los involucrados en ese procedimiento venden la información contenida en la memoria anexada al skimmer a otras organizaciones criminales que luego la cargan a los plásticos y la usan en telecajeros y en compras, tanto en los países en dónde se efectúa la clonación como en el exterior. Se estima que hay organizaciones internacionales que a su vez operan con esas tarjetas en el exterior, de allí que las autoridades de aduana hayan detenido a pasajeros en aeropuertos con cientos de tarjetas de crédito.

El otro mecanismo fraudulento es utilizado en cajeros automáticos. Instalan el skimmer, luego de medir y seleccionar el dispensador, con una entrada falsa, que simula a la original, atrapan la tarjeta y una micro cámara graba la clave secreta. 

Los especialistas policiales informan que los datos sustraídos son pasados al programa "Exeba" que permite traspasar toda la información a la tarjeta que tenga banda magnética y ahora también con chip. Proceden rápidamente a sacar dinero de las cuentas, antes que la víctima sepa que está siendo desvalijado. Porque hoy los bancos envían automáticamente a los dispositivos móviles (celulares)  de los clientes, avisos de las operaciones realizadas en sus cuentas. Sin embargo, transcurre un tiempo precioso para los delincuentes antes que dicha tarjeta sea bloqueada.

Las personas detenidas en varios países de América Latina, según informes policiales especializados en fraude,  son de diferentes nacionalidades, no solamente de América Latina sino de Europa y de países del este. Estas bandas operan con mayor facilidad en países en los que no existe legislación para penalizar este tipo de fraude o cuyas penas son menores, de 2 meses hasta 3 años de presidio y también en los que  las tecnologías de seguridad no han sido actualizadas.

También informan los agentes de seguridad de los bancos que la colocación de skimmer en telecajeros ocurre principalmente luego de las 8 de la noche hasta las 5 de la mañana en zonas céntricas o en periferias de ciudades.

Los cuidados  y prevenciones
Para prevenir  a los tarjetahabientes,  en la web aparecen algunos mecanismos utilizados por los delincuentes y también se hacen recomendaciones a los usuarios. Hay varios métodos que utilizan los delincuentes para  estafar a las personas que operan tarjetas. En primer lugar está el denominado "cambiazo",  en el que alguna persona se ofrece a ayudar a un tercero que tiene problemas para retirar efectivo en los telecajeros, bien sea porque colocaron algún dispositivo previo que impide el despacho de billetes y copia la clave,  o distrayendo a la víctima con algún truco o artilugio en el que le cambian la tarjeta.
 
También se utiliza el tapón o trabador, una pieza instalada rápidamente en  la parte interna del dispensador para impedir la salida del dinero. El cliente realiza toda la operación, pero al no ver salir los billetes se retira, creyendo que el telecajero presenta una falla o no tiene disponibilidad de dinero en el momento, lo que aprovechan los delincuentes  para apropiarse del botín, al retirar el bloqueador. 

Hay otro método utilizado que impide retirar la tarjeta, aunque los actuales modelos de cajeros ya no se “tragan” la tarjeta y permanece a la vista, lo que inutiliza en parte ese procedimiento. Sin embargo los estafadores utilizan también un dispositivo que aplican en la ranura de ingreso de la tarjeta que capta la información, registra la clave con micro cámara y clona la tarjeta. 

Las autoridades recomiendan tapar con una mano el teclado en el que se introducen los datos y la clave, para que, de existir una cámara, no logre grabar esa información y que el que vaya a ingresar al telecajero solicite a los clientes, que esperan su turno, a mantener una distancia prudente. En algunas áreas de telecajeros hay una marca amarilla en el piso, para que la persona espere su turno en ese límite.

Por su parte, en relación al uso de los sitios web a través de computadoras,  hay virus y software  desarrollados para crear páginas falsas de bancos que captan todos los datos de la cuenta del cliente y también operan para desviar transferencias a otras cuentas.  Por ello las instituciones bancarias advierten sobre la necesidad de acceder directamente al banco a través de su dirección oficial, observando que efectivamente sea de su institución y tenga los protocolos de seguridad y nunca hacerlo a través de otras direcciones que aparecen en el  menú de la web que simulan portales de bancos. 

Los bancos permanentemente están creando nuevas actualizaciones en sus mecanismos de seguridad, entre ellos las claves y autorizaciones específicas para realizar transacciones y transferencias. Recomiendan que las operaciones no se efectúen en sitios públicos como cibercafé ni usando móviles o laptops conectadas a wifi de terceros y dicen que es preferible hacerlo desde su hogar

Las bandas y sus organizaciones
Al igual que el robo de celulares y el de vehículos, existe toda una organización que opera en los hechos delictivos que ocurren con tarjetas de crédito y débito y a través de Internet: desde empleados de tiendas o bancarios, que cobran sus comisiones por su complicidad, los programadores de tecnología y de equipos, los que extraen la información, los que proveen tarjetas vírgenes  hasta los jefes que controlan todo el circuito y obtienen el dinero, que a su vez también tienen conexiones internacionales.

Por ejemplo, algunos tarjetahabientes descubren que le han sustraído dinero de su cuenta desde terceros países que nunca han visitado o han hecho operaciones de compras en tiendas remotas en el mudo. En el caso venezolano, debido al control de cambio, existen los límites establecidos por Cencoex (anteriormente Cadivi) que restringen el monto a utilizar, sin embargo esto no ha sido un impedimento para que también sus tarjetas clonadas sean utilizadas en cajeros en el exterior o en compras. 

Al hacer las reclamaciones y demostrar que posee la tarjeta en sus manos, y su pasaporte, que avala que no viajó al país donde se realizó la transacción en esa fecha, en el mejor de los casos el banco anula lo sustraído en su cuenta, pero es más complicado que Cencoex le devuelva el cupo viajero. La serie de trámites que se deben realizar en Venezuela para obtener el cupo en divisas permite que la información sea manejada por diversos organismos y personas, lo que disminuye la seguridad y aumenta la exposición al fraude.


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