miércoles, 17 de diciembre de 2014

Baja de ingresos petroleros venezolanos refuerza acuerdos con Cuba





 
Salvatore Lo Mónaco-Mientras algunos sectores moderados vinculados al poder en Venezuela recomiendan al Presidente Nicolás Maduro que suspenda los acuerdos de cooperación energética con Petrocaribe , Alba y otros convenios suscritos con países del Mercosur,  debido a la caída de más del 30% en el precio del crudo venezolano en los mercados internacionales, hasta que se recupere al alza la cotización del crudo, hay otros grupos con más influencia en Miraflores  que proponen radicalizar aún más “el proceso”, aumentar los controles, reducir la entrega de dólares a viajeros, a la industria y comercio, además de aumentar cargas fiscales a sectores de clase media y alta.

El Presidente Nicolás Maduro, según fuentes fidedignas, “está amarrado con los Castro”, que influyeron decididamente en su elección como sucesor del difunto Hugo Rafael Chávez Frías, así que no obstante la crisis de ingresos en Venezuela seguirá subsidiando a la isla y “será el único país” al que no le corte, al final, sus prebendas” según dijo una fuente vinculada al Banco Central de Venezuela.

De hecho, a pesar de la grave situación de escasez que se vive en Venezuela, de la más alta inflación en América Latina y entre las primeras del mundo, de la caída en los precios de la cesta de crudo de Venezuela, que hoy debe estar por debajo de los 50 dólares el barril (de hecho, ya ni Pdvsa ni el BCV informan oportunamente sobre inflación, escasez ni el cierre de la canasta de crudo de Venezuela y tampoco informan a la Opep sobre su producción petrolera), pero fuentes de la AIE y de empresas calificadoras de riesgo refieren que actualmente Venezuela estaría recibiendo 10 dólares menos que lo estimado en el presupuesto nacional para el año venidero, por ingresos petroleros (60 dólares por b/d).

El Presidente Maduro no se ha atrevido a anunciar los nuevos precios de la gasolina en el mercado interno, según le han recomendado, pero lo va a hacer, no le queda otra posibilidad, será “paulatinamente”, ya aumentó el precio del pasaje en el Metro de Caracas, también aumentó el pago para pasaportes y licencias de conducir y seguirá aumentando impuestos y servicios, para tratar de compensar incluso el déficit en bolívares, a pesar de que la maquinita de fabricar dinero sin sustento está a millón en el BCV. Esos aumentos en servicios no lo ayudarán mucho para llenar el hueco fiscal, sino para molestar a la población.

Los acuerdos con Cuba
Mientras todo esto ocurre en el mercado nacional, y las empresas consultoras registran una caída importante en la popularidad de Maduro, que incluso fue comprobada, a pesar de todos los esfuerzos del régimen para llenar la Avenida Bolívar, y los gastos en traslado de empleados públicos, el resultado final fue una “escuálida” asistencia, que ni siquiera los medios de comunicación estatales pudieron “tapar”, gracias a las nuevas tecnologías como celulares y redes sociales para la transmisión en diferentes portales venezolanos y del mundo de los sucesos, la comunidad virtual.

El primer mandatario, ante la grave situación económica, política y social que se le presenta, debido a la caída del precio del crudo y a sus ineficientes políticas que incluso no resultaban ni siquiera con un precio de barril superior a 100 dólares, tuvo la oportunidad de cambiar de modelo, seguir tal vez el “modelo chino”, como al parecer se lo sugirió hace algunos años Alí Rodríguez, ex secretario general de la OPEP, pero Maduro está totalmente entregado a las disposiciones de La Habana, pretendiendo seguir las “enseñanzas” de Chávez,  a pesar de un drástico cambio en el panorama geopolítico mundial y nacional.

Ahora, en cambio de alejarse de la influencia octogenaria de los Castro, Maduro sigue al pié de la letra, las recomendaciones de la gerontocracia cubana, que siempre, como es lógico, “acercan las sardinas para su brasa”. Por ello, sigue firmando acuerdos, que nadie sabe en qué consisten, sino en seguir subsidiando al régimen cubano.
La prueba de ello es que recién concluida la XV Comisión Intergubernamental Cuba-Venezuela, el canciller Rafael Ramírez, que sigue mandando en Pdvsa, y como representante de Venezuela ante la OPEP, pasándose “por el forro” las nuevas designaciones en Pdvsa y en el Ministerio respectivo, firmó 5 nuevos acuerdos en materia de educación y salud, especialmente para que los cubanos sigan aquí lavándole el cerebro a los venezolanos en la Misión Ribas y darle su “chamba respectiva” a los “médicos cubanos” de Barrio Adentro, cuyo mayor porcentaje se lo traga el gobierno cubano, como si fuera mano de obra esclava.

Mientras los médicos venezolanos tratan de emigrar, buscando un nuevo futuro en otros países menos violentos y que aprecien su labor, también en términos de calidad de vida y remuneraciones, los acuerdos de Maduro con Raúl Castro tratan de compensar ese vacío que dejan las malas políticas de este régimen con sus recursos humanos, enviando más médicos y retornando 518 “especialistas” venezolanos formados en Cuba, además de dirigentes en deportes y cultura, entre otros sectores, especialmente en el área de inteligencia policial y militar, que no se menciona en el acuerdo.

Con la nueva firma de acuerdos para el año 2015, Cuba abarcará 62 “proyectos” en 25 sectores y mencionan la agricultura y la producción de alimentos, en las que Cuba ha fracasado abiertamente.  Ojalá esos acuerdos se firmaran con otros países desarrollados en la materia. Cuba es el país menos apto para desarrollar esos sectores, lo demuestra su propia experiencia y las carencias de alimentos en la población de la isla.

Este domingo La Habana será sede  de una cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), un bloque de nueve países con gobiernos de izquierda, fundado en 2004 por Venezuela y Cuba, en una iniciativa encabezada por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y el líder cubano Fidel Castro.

Venezuela, principal socio político y comercial de Cuba, suministra 100.000 barriles diarios de petróleo y recibe cerca de 40.000 cooperantes cubanos, en su mayoría personal de salud, pero no recibe abiertamente  ni tabacos “habanos” a cambio, que bien quisieran fumar los nuevos boliburgueses en sus yates y nuevas viviendas, haciendo aros de humo ante su felicidad “revolucionaria”.

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