Esta semana,
luego del anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre
EE.UU. y Cuba, a través de una conversación entre Raúl Castro y Barack Obama, la
población cubana se mostró alegre y con esperanzas en la posibilidad de que se
levante el bloqueo económico a la isla. No será tarea fácil, pero es un paso
adelante.
El bloqueo económico y comercial fue firmado por el ex presidente
J.F. Kennedy en el mes de febrero del año 1962, hace 52 años, como producto de
la Guerra Fría, el ascenso al comunismo, luego de la caída del dictador
Fulgencio Batista y la toma del poder por un grupo de guerrilleros identificados
como “Movimiento 26 de Julio” capitaneado por Fidel Castro, el “Ché” Guevara,
Camilo Cienfuegos y otros.
La situación se complicó
aún más cuando Castro apuntó los cohetes rusos hacia Florida. La Unión Soviética,
para aquel entonces, debido a las consecuencias de dicha acción, y de la firme
posición de Kennedy, decidió anular la operación y retirar los cohetes. Sin
embargo, todavía estaba pendiente la política que asumió el régimen de Fidel
Castro, el 17 de mayo del año 1959, que empezó con la reforma agraria,
expropiando las haciendas de caña de azúcar, principal producto de exportación
de la isla, al igual que hizo con las propiedades productoras de tabaco (los
famosos Habanos) la producción de ron,
casinos y hoteles. Pero, los cambios no se quedaron solo en nacionalizaciones
de grandes empresas, la política de expropiaciones alcanzó hasta la última
bodega del país, hecho que influyó decisivamente en la huida de miles de
cubanos hacia Florida y en las represalias de USA.
La Unión Soviética había
conseguido un enclave, a pocas millas de EE.UU. y la penetración (con el debido
subsidio) a la guerrilla en América Latina y luego en Angola. De hecho, la
ayuda soviético-cubana fue un factor importante para la guerrilla venezolana,
que se formó por dos factores principales: la esperanza de lograr la revolución
comunista en Venezuela y la decepción de no haber incluido al PCV y otros
grupos y partidos que habían luchado para derrocar al régimen de Marcos Pérez
Jiménez, luego del famoso “Pacto de Punto Fijo”, en el gobierno. Rómulo
Betancourt, Presidente de Venezuela para esa época, no apoyó al régimen de
Castro y luego del frustrado intento de invasión de Venezuela, en Machurucuto con
tropas cubanas y de la izquierda radical venezolana, Betancourt pidió a la OEA
que excluyera a Cuba de esa instancia regional.
Han pasado muchos años
desde que eso ocurrió. Fidel Castro tiró lazos con Rafael Caldera para
establecer la “política de pacificación con la guerrilla” y con Carlos Andrés Pérez,
de hecho estuvo en su toma de posesión (de CAP) en su segundo gobierno,
mientras se comentaba en círculos de la izquierda que el “capo” cubano
fomentaba los sucesos de febrero del año 1989, pocos meses luego de la
reelección de CAP.
Pero, al final, Fidel
consiguió, con Hugo Chávez Frías, lo que
no le había permitido Betancourt: conseguir petróleo gratuito y la penetración,
para asegurarse el suministro del crudo a cambio de mano esclavizada de médicos y deportistas, además de la incursión
del G-2 cubano en las aduanas y en el control militar y de identificación.
Ahora, que Fidel Castro
tiene 88 años (nació el 13 de agosto de 1.926) y su hermano Raúl, que detenta
actualmente el poder por “sucesión real”, tiene 83 años (nació el 3 de junio
del año 1.931), están próximos a su destino mortal, por causas naturales, ya
que no han descubierto alguna fórmula que los prolongue más allá de lo que
concede la vida, decidieron que no van a salir “con las tablas en la cabeza”
y han preferido “negociar con el imperio”.
De hecho, el juego es ganar-ganar. Gana Obama, que tenia los puntos bajos, por
lo menos en el terreno internacional, especialmente con la ONU, que desde el
año 1.988 está pidiendo el levantamiento del bloqueo y gana con la la población
en Cuba. Pero, tiene una piedra de tranca con los republicanos que dominan el
Senado de EE.UU., en los cuales hay descendientes de cubanos que no olvidan el descalabro
que sufrieron sus padres y abuelos en la isla a raíz de las expropiaciones.
Además, el bloqueo económico decretado por Kennedy fue reafirmado por la Ley
Torrricelli (año 1992) y luego por la de Helms-Burton en el año 1.996. Estas
disposiciones están firmes en las leyes estadounidenses, los únicos que la
pueden cambiar son los parlamentarios, y como todos saben, el Congreso de ese
país está dominado por Republicanos, que tal vez se plieguen si Cuba entrega
algo concreto, que permita resarcir los bienes expropiados a los cubanos y a
las empresas de EE.UU. Tal vez se conformen algunas condiciones que le permitan
la entrada a las empresas petroleras y a otras. Así es que pactan los
republicanos.
Veremos. Ahora es cuándo comienzan las negociaciones fuertes y
crudas. Mientras, el régimen venezolano está a la espera de lo que decidan sus
capataces cubanos.
La ONU y las empresas se contentan
Al conocer la decisión de Barack Obama, la ONU se sintió alegre y
satisfecha y así lo expresó, al igual que la Unión Europea y la inefable OEA. Los
férreos opositores a cualquier tipo de acercamiento con Cuba mientras continúe
el régimen castrista, creen que el Congreso nunca dará el brazo a torcer. Para
el senador conservador Marco Rubio (de origen cubano), no quedan dudas:
"El Congreso no va a levantar el embargo".
Rubio, considerado un
eventual candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales
de 2016, adelantó que tanto él como su partido usarán "todas las
herramientas a nuestra disposición para revertir tantos cambios como sea
posible". Tiene el apoyo total del Partido Republicano e incluso de
algunos demócratas que aspiran a los votos de la población cubana y venezolana
en Florida. La representante Ileana
Ross, cree que deberán existir argumentos de peso para reformar la Ley
Helms-Burton y la "Ley sobre Comercio con el Enemigo".
Así que Obama tendrá que hacer un gran lobbing para avanzar en su
apertura hacia Cuba en el Congreso de EE.UU. no obstante el apoyo de muchos
países a la apertura, incluyendo China, España, Brasil, Uruguay, Argentina y
otros países.
La primera reunión para restablecer las relaciones diplomáticas
se celebrará en La Habana a finales del mes de Enero, según informó Roberta
Jacobson, subsecretaria de Estado para América Latina. "El proceso es relativamente simple,
realmente, desde una perspectiva legal", dijo. Pero esto "requiere
que los dos países alcancen un acuerdo sobre el proceso", así como
"poner punto final a un acuerdo de 53 años con el gobierno de Suiza como
poder protector" de las recíprocas secciones de Interés en Washington y en
La Habana.
A pesar de los Republicanos, hay grandes intereses de empresas norteamericanas
para penetrar el mercado cubano, entre ellas el fabricante
automovilístico General Motors, el gigante agrícola Cargill o la cadena de
venta de muebles Ethan Allen Interior han aplaudido el paso dado este miércoles
para restaurar relaciones diplomáticas con la isla, informó el diario de
información económica The Wall Street Journal , según reportan agencias de
noticias Además, otras grandes compañías estadounidenses creen en la expansión
de ventas y exportaciones comerciales de ciertos bienes y servicios desde
Estados Unidos, con el objetivo de apoyar ‘al naciente sector privado cubano’.
‘Cuba necesita todo lo que fabricamos en Estados Unidos’, dijo el director de asuntos gubernamentales del fabricante de maquinaria pesada Caterpillar, Bill Lane, a The Wall Street Journal .
El mayor obstáculo para establecer unas relaciones comerciales plenas entre ambos países continúa siendo el embargo decretado por Estados Unidos sobre la isla, una barrera que sólo puede levantar el Congreso
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