martes, 9 de diciembre de 2014

China sorprenderá con sus reformas económicas






En la política económica, así como en otros sectores, los hechos cuentan más que las palabras. La banca popular china (PBOC) ha resaltado el objetivo táctico de la política de estabilización del gobierno, que apunta a un target mínimo de crecimiento del PIB cercano al 7%.

Alcanzar ese objetivo no será fácil para el gigante asiático. La economía china está expuesta a presiones estructurales por su nuevo modelo de crecimiento orientado a los servicios y a los consumidores, y también a una presión cíclica producto de un contexto global que empuja hacia abajo los ingresos tradicionales que acostumbraba tener por exportaciones e inversiones.

Los desafíos cíclicos ahora son más complejos. Aunque han disminuido notablemente en relación al monto alcanzado antes de la crisis, que llegó al 35% del PIB, las exportaciones se ubican actualmente en 24%, una cifra importante, sin embargo la caída podría continuar y hacer más vulnerable a China en su crecimiento global, especialmente para seguir colocando manufacturas en los países desarrollados que experimentan una debilidad por el lado de la demanda, considerando su situación económica de bajo crecimiento.

De hecho, el 42% de las exportaciones chinas llegan a puertos europeos, de EE.UU. y de Japón, tres economías que enfrentan un estancamiento desde hace varios años. Y particularmente Europa, el mercado más grande para las exportaciones chinas, se encuentra en mayores dificultades que los otros países desarrollados.

Si se considera que las estrategias de desarrollo inician su período de quiebre cuando las economías alcanzan un estatus de renta media, situación a la que se está acercando China, el gigante asiático no puede permitir que los riesgos cíclicos afecten su transformación estructural. La historia moderna enseña que, para que los países en desarrollo no caigan la trampa de la renta media, deben cambiar su modelo y adaptarlo a los nuevos tiempos, requerimientos y competencia.

La aplicación de una transformación estructural puede convertir a un país en vía de desarrollo con una renta media en un país desarrollado con alta renta, eso lo saben los líderes chinos y por ello están aplicando las estrategias necesarias que les permitan seguir en el ranking del liderazgo.

El Presidente Xi Jinping está empeñado en impulsar precisamente las reformas requeridas para equilibrar, fortalecer y diversificar su economía, de hecho, el año pasado, en la tercera sesión plenaria de décimo octavo Comité Central del Partido Comunista Chino (PCC), Jinping y su equipo expusieron el más ambicioso programa de reformas económicas de los últimos 35 años. 

Esta propuesta,  junto al plan quinquenal aplicado desde el año 2011, evidencia el empeño de las autoridades para fortalecer el sector de servicios y el consumo interno, especialmente si se considera la demanda potencial de la enorme población de ese país asiático.

China también la logrado transferir la responsabilidad de la actuación de las reformas desde su envejecido aparato central (Comisión Nacional para el Desarrollo y las Reformas) a un organismo más eficiente basado en el mercado, incorporado en la estructura del PCC (grupo dirigente central para la profundización  de las reformas). 

Esta reestructuración  marcha a la par de una campaña anti corrupción promovida por Xi Jinping, que según algunos expertos en la materia, no tiene vuelta atrás, y se dirige hacia el camino del reequilibrio y del cambio estructural.

Artículo reformado y traducido del diario Il Sole 24 Ore


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