¿Para dónde va
Maduro?
Las reservas
líquidas del BCV bajaron a menos de 200 millones de dólares, en otras palabras,
no hay divisas, por ello el paralelo se ha disparado.
Los gastos del gobierno actual requieren alrededor de
110 dólares el barril, a pesar del gran endeudamiento que ha contraído, tanto
Pdvsa como el gobierno central, en deuda interna. En ese renglón, el BCV
activó la maquinita para fabricar dólares sin sustento, monto que no se conoce,
dado el cierre del instituto emisor para divulgar informaciones, que ni
siquiera ha brindado al público los indicadores de inflación desde hace tres
meses, pero en lo externo, se sabe que estamos hasta el cuello.
Las soluciones, luego de años de despilfarro, no son
muchas. Sin embargo todos los economistas coinciden en la necesidad de aumentar
el precio de la gasolina en el mercado interno, que amontan a 700 mil b/d y
que significaría, si se cubren los
costos, aproximadamente en 3 bolívares el barril y si se deja un margen de
ganancia para el circuito de transporte y de gasolineras, sería a 5 bolívares
el barril. Lo que significaría para un vehículo que carga 50 litros, alrededor
de 250 bolívares el barril, lo que equivale a menos de lo que cuesta una
hamburguesa.
Esa es una de las medidas que debe tomar inmediatamente
Maduro. La otra es unificar el tipo de cambio a un solo esquema, o tal vez a
dos, sin embargo no podrá desmontar el control de cambio, ya que no tiene
suficientes divisas de ingresos petroleros como para ni siquiera unificarla a
35 bolívares el dólar. Tendrá que aumentar el techo, lo que políticamente, en
vista de las elecciones parlamentarias, resultaría en un gran rechazo.
Las más recientes leyes promulgadas, excluyen el
ajuste por inflación, un gran golpe a la empresa privada, además sólo permiten
extraditar divisas para las compañías transnacionales por un 80%. ¿Quién paga
lo demás?.
En este contexto, lo que le queda al gobierno es
estimular la producción nacional para ahorrar divisas que se han ido por el
lado de las importaciones. Para ello, debe brindar seguridad jurídica a los
productores nacionales que son sometidos a invasiones y expropiaciones. ¿Es la
lucha contra el imperialismo o contra los productores nacionales? El gobierno
debe definir sus esquemas.
Dejar de hablar de imperialismo y concentrarse en sus
propios errores o aciertos y además reducir sus gastos superfluos e invertirlos
en la producción interna
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