País rico, país potencia, país con las más grandes reservas de crudo del mundo |
Llegó y desapareció. Como siempre. Ya hay
organizaciones que se han especializado en hacer colas. La información es
primordial. Allí están conectados los empleados de los supermercados, tanto
privados como públicos, que avisan a sus clientes, previa bajada de mula,
cuando llegan los productos como pollos, detergentes, jabones, desodorantes,
carne, pañales y otros productos.
En los abastecimientos públicos decidieron
marcarle los brazos. Como ganado. En los privados optan por números finales de
cédula, por capta-huellas o por hacer colas.
¿Quién trabaja? Así no se puede trabajar. Todos
los días los empleados solicitan permisos para comprar algo. La productividad
se va al pozo.
Es un problema de gerencia, y de eso no saben
los militares. Una cosa es mandar y otra administrar. Deberían tirar la toalla
al centro del ring. Pero no lo hacen, entre otros motivos, por la “macoya”. Mientras más confusión, mejor. Y si les dejan
la comercialización y distribución a los milicos, se llenarán como nunca. Y parece,
que en ese sentido, convencieron a Maduro, considerando que él no tiene tampoco
mucho piso político ni militar para decidir. Así que, la gran lección cubana se
impone. La jerarquía es la que manda. Los demás a comer lo que “haiga”. Pero, esas colas, no tienen
semáforo. Se pueden desbordar, y nadie sabe hasta dónde llegarán.
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