viernes, 23 de enero de 2015

23 de Enero: “por sus obras los conoceréis”

MPJ: Un hombre que hizo avanzar al país


Han pasado 57 años desde que tumbaron al General Marcos Pérez Jiménez de la Presidencia de la República. Yo apenas tenía 6 meses de nacido cuando él tomó el poder en 1952, avalado por la Asamblea Nacional.  Él había participado, 7 años antes, en 1945, en el golpe en contra de Isaías Medina Angarita, en una junta de gobierno, respaldada por Rómulo Betancourt y su partido.

Esa junta luego le mete un golpe de Estado al Presidente Rómulo Gallegos y en 1948 el poder lo detenta Carlos Delgado Chalbaud, que luego fue asesinado y la batuta pasa a manos de Germán Suárez Flamerich.  Es en 1952 cuando Marcos Pérez Jiménez es electo presidente provisional de Venezuela y la AN lo nombra oficialmente Presidente para el período 1953-58.

Es increíble lo que hizo ese hombre en apenas 6 años. ¿Era un dictador? Cierto. Por sus venas corría el poder andino, desde Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, para “poner orden en la República”.

“Por sus obras los conoceréis” dice el evangelio, según palabras de Jesús.
Y si tomamos en cuenta sus obras, no entendemos cómo en menos de 6 años haya hecho tanto. La lista es muy larga. Las torres del Centro Simón Bolívar, la autopista Caracas-La Guaira,  el Paseo Los Próceres (con Círculo Militar incluido), el Teleférico de Caracas (y Hotel Humboldt) hasta La Guaira, la moderna autopista Caracas- La Guaira, las avenidas Andrés Bello, Nueva Granada, Sucre, San Martín, Páez, Fuerzas Armadas, Victoria, Caracas-Valencia, la modernización de la carretera Caracas-Táchira, Hospital Universitario, UCV,  y pare de contar.

¿Era un militar? Sí. Un militar progresista. Incluso tuvo diferencias de fondo con el poder de EE.UU., estaba más inclinado hacia el desarrollo nacional con un fuerte apego al modelo europeo. De hecho, las grandes inmigraciones de portugueses, españoles, italianos, alemanas, polacas, judíos y otras, las propició el general.

Tenía una visión progresista del país. Fortaleció la moneda nacional (en el año 1957, el Bolívar era una de las monedas más apreciadas en el mundo). Trajo inversión extranjera y propició la nacional, privada y pública, de hecho, los primeros esfuerzos en materia de siderúrgica, hierro, aluminio, y otras materias primas surgieron de su mente, para diversificar los ingresos de las divisas y auspiciar lo que luego CEPAL llamó sustitución de importaciones.

Es más, lo que hoy llaman los “bloques del 23 de Enero”, forman parte de sus obras, para sacar a la gente de los ranchos y colocarlas en edificios con todas las comodidades.

No tengo la mínima intención de apoyar su gestión en lo político, ni en materia de derechos humanos. Un hombre muy duro en contra de la oposición política. Pero una persona brillante en sus logros físicos, de infraestructura. En la modernización del país. Eso nadie lo puede negar. Apuntaba hacia una Venezuela del futuro.  Y casi lo logró.  Tan es así, que apenas varios años luego que huyó en su avión, “la vaca sagrada”, en las elecciones de 1968 fue electo senador. Pero AD y Copei no lo dejaron ejercer, anteponiendo algunos formalismos.
Luego, tal vez el recuerdo de un militar que “pusiera orden”, cayó en un llanero que lo que puso fue “desorden”. 

Y allí estamos. De una dictadura progresista, pasando por una democracia que tuvo sus días de esplendor y decadencia hasta llegar a un régimen retrógrado. Cada quién que saque sus conclusiones. La mía, es crear una verdadera democracia, rescatar lo bueno del pasado y desechar lo malo para conformar un país incluyente, consensuado y apuntando hacia el progreso.





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