Si Nicolás Maduro se descuida se lo llevará el toro por los cachos |
El gobierno de Nicolás Maduro escogió la
represión. Me imagino que cuando militó en la Liga Socialista repudiaba la
represión de los gobiernos de entonces. Ahora aplica el mismo ácido. Se siente acorralado.
No sabe qué hacer y arremete. Parece que el diálogo no forma parte de sus
mecanismos de gobierno. Es más, a veces parece que no mandara él sino los
Castro, tanto en política interna como externa. Por eso es que hay que tener
algo de orgullo nacional y personal.
Recuerdo que, un mes después del atentado en
contra de las “torres gemelas” en Nueva York, estuve en una convención en Cuba y
Fidel Castro se tiró una “arenga” de casi 7 horas, en la que “tuvo los santos
riñones” de acusar a la ex Unión Soviética de mandarle “chatarra militar”,
aunque Fidel no pagó por ello ni un peso. Así les paga Fidel a sus “aliados”.
Maduro se está agitando en arenas movedizas, y
con ello se hunde, cada vez más. Cuba no le va a solucionar nada. Ellos tienen
su propio guión al igual que la tienen el resto de los países de América
Latina, apoyados económicamente por Venezuela pero que no sufren los embates
que estamos viviendo, ni por inflación, ni devaluación ni por decrecimiento del
PIB.
Al final, esos “países amigos”, estuvieron con
Chávez, porque era el “tío rico”. Son amigos por interés. De esos que saben que
al final la cuenta de la “parranda” la pagará Venezuela. De hecho, ahora la
mayoría ahora le “saca el cuerpo” a Maduro.
Tiene todavía una gran oportunidad para revertir la actual situación. Es
una persona relativamente joven. Pudiera hacerlo. Deslastrarse de la herencia
de Chávez y hacer su propio gobierno. Pero tiene miedo, está acorralado y no
sabe cómo salir de este enredo. Ello no quiere decir que retroceda en su
política “socialista”. Pero hay que ver cómo entiende el “socialismo”. Si es un
radicalismo, más bien estalinismo o es un esquema avanzado de la social
democracia, como ocurre en los países del norte europeo.
Es verdad, no la tiene fácil. El “gigante”
gobernó con ingresos petroleros por encima de los 100 dólares el barril, que le
permitieron montar el “circo romano”, pan y circo, dirán. Se murió y no pudo
ver el desastre que dejó. Ahora no queda ninguno de los dos, ni pan ni circo.
Lo que hay son colas inmensas. Destruyó lo poco que quedaba de industria
nacional. El precio del crudo venezolano cayó cerca de un 60%, muy por debajo
incluso de lo presupuestado, 60 dólares el barril para manejar las cuentas
públicas este año.
Además, Hugo Chávez Frías acostumbró a los
estratos populares a vivir de dádivas. De becas, subvenciones, de apartamentos
regalados y en fin, de redistribuir el erario en la forma más irresponsable que
se haya visto en la historia de Venezuela, sin exigir nada a cambio que no
fuera su voto y sus movilizaciones en respaldo a su gobierno. Y también contó,
como miembro de ese clan, con los milicos, cosa que no cuenta Maduro, y a la
que le rinde pleitesía. Por ello, Cabello hace lo que le da la gana, que sí proviene
de las filas militares. Claro, ahora con algunas excusas en su show de VTV,
dirá “cualquier vaina”, para defenderse.
Algunos “socialistas” ahora responsabilizan a
Maduro, sin tomar en cuenta que precisamente fue Chávez el que le dejó esa
herencia. La llamada “Marea Socialista” está “meando fuera del perol”. Si él,
Maduro, no entiende que debe cambiar radicalmente sus políticas, porque el país
cambió y estamos en otras circunstancias, se lo llevará el toro por los cachos.
La gente se va del país. Se van los talentos. Nos
quedaremos con lo que los marxistas llamaban despectivamente “el lumpen
proletariado”. Y con eso, no podemos “hacer un país”.
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