William Dávila, diputado a la Asamblea Nacional, denunció el abandono por parte
del gobierno de un barco propiedad del país que debió fungir como la
embarcación insignia para la pesca de jurel y atún de la
empresa “Pescalba”, inserta dentro de los proyectos del ALBA.
“La cosa es que este
barco, que aparentemente era una chatarra pero que Chávez en su momento quiso presentar al país como una cosa de primera,
habría sumado un costo de nada más y nada menos que 75 millones de dólares
junto a otro barco llamado José Martí. Este dineral evidentemente se fue por
una cañería, porque dejaron reparando el barco en los puertos del Callao (Perú) y se olvidaron de él”.
Indicó que, a través
de la prensa peruana se supo que el barco estaba tan deteriorado que su
reparación demoró un gran período de tiempo, estando listo ya entrado el año
2013: “Según la información divulgada por la empresa peruana que reparó el
barco (SIMA), se supo que hasta 2012 el gobierno venezolano venía pagando los costos de reparación del buque, sin embargo
no hizo lo mismo con el precio del alojamiento de este armatoste en los muelles del Callao, donde lo tenían estacionado.
Ya para 2013 esta empresa consideraba que el barco había sido abandonado por
Pescalba y para el 2014 las autoridades del Perú lo habrían declarado en
situación de abandono legal, pasando a manos del Estado peruano”.
Y siguió: “Al parecer a última hora se acordaron que
tenían un barco que costó una millonada de dólares agarrando óxido en Perú y se
fueron a preguntar qué había pasado. Sin embargo, en este caso parece que
lastimosamente no hay derecho a pataleo, ya que por el abandono y el nivel de deuda
al que se llegó por tenerlo allí anclado, la disposición legal peruana prevea
que ya es propiedad del gobierno de aquél país”.
El diputado, se
preguntó, “¿Quién es el responsable de este bochorno? Es éste un doble
escándalo para el gobierno venezolano y el ALBA: por una parte por un errático
manejo de la política exterior de nuestro país y, en segundo lugar, por el
disparate de haber pagado un dineral por unos barcos que estaban vueltos leña y
que al final no pescaron ni una sardina”.
El buque de gigantescas dimensiones se llama Simón Bolívar y habría sido
comprado y anunciado “con bombos y platillos” en 2010 por el entonces
Presidente Hugo Chávez. Tras intentar su primera incursión de trabajo en el
mar, se accidentó en Panamá, desde donde se le redirigió hasta Perú para ser
reparado.
Tomado de elperiodicovenezolano.com
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