martes, 1 de septiembre de 2015

El problema fronterizo


Salvatore Lo Mónaco. Venezuela tiene problemas todavía no solucionados, en términos de división territorial con Colombia y con Guyana. Lo de Colombia es totalmente comprensible, luego de la Nueva Granada (1.714-1819) y la Gran Colombia (1.812-1.830). Somos un mismo pueblo, las fronteras son políticas.Con Guyana. la situación es más complicada.No somos un mismo pueblo. Allí, los ADN son ingleses, holandeses, españoles, africanos, chinos, hindúes y de algunas etnias precolombinas.
Venezuela y Colombia se separaron luego que Simón Bolívar ya no pudo con las adversidades, el 27 de diciembre de 1829. Ya había ocurrido la Cosiata, el 30 de abril de 1826. Entre Páez y Santander, se acaban los sueños de Bolívar.
Y allí quedó, en el Táchira, en el Zulia, en el Arauca con el Apure, fronteras políticas, pero no reales. Y digo no reales, porque las familias estaban en ambos lados, un muro imaginario de Berlín, al que nadie le paraba bolas. Tan es así que Gómez nace en la Mulera, en un Táchira que a veces no se sabe dónde llega en términos familiares. Lo mismo que su compadre, Cipriano Castro y toda la casta andina que dominó durante muchos años este país, pasando de Marcos Pérez Jiménez  hasta el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez para hablar de épocas modernas.
Las fronteras vivas entre Venezuela y Colombia, siempre han significado un intercambio entre mercancías, tradiciones y familias.A veces, el poder de la divisa venezolana dominaba sobre el peso colombiano, y los de este lado iban a comprar en Cúcuta o en Maicao. La guajira o goajira, como la quieran llamar es una etnia aparte, tiene sus propias leyes, de costumbre, de facto.  Otras veces, como ocurre ahora, los del otro lado vienen a comprar aquí. Pero, la economía venezolana se ha desfasado.
La mala gerencia, la improvisación económica, el nefasto manejo de la producción petrolera, los subsidios, el torpe manejo cambiario, han producido una ilusión, un país barato en pesos colombianos y del otro lado un país con precios más caros, que buscan afanosamente los productos con precios irreales venezolanos. De allí el denominado "bachaqueo", que no es otra cosa que un comercio informal, que se beneficia de los precios subsidiados de productos escasos en Venezuela, para ganarse unos churupos, al otro lado. 
Y allí, hay que decirlo, los principales corruptos han sido las autoridades aduaneras y la Guardia Nacional. Y las mafias que se han formado en la facilitación de ese contrabando. Que no es solamente de gasolina pasada por pimpineros o por una caravana de gandolas, que pagan su mordida a los de uniforme verde-oliva, es que además, por allí  pasa la coca, desde los nevados de Santa Marta. Así que la cuestión no es nueva, tiene años, muchos años en los que se han enriquecido muchos milicos venezolanos y colombianos, paramilitares y guerrilleros de las Farc.
Es cierto que el país vecino nunca nos ha dado nada a cambio. Su oligarquía cachaca no se ocupó de los pobres de su propio país, y mucho menos de sus pobres de la frontera. Santefe de Bogotá quedaba muy lejos. La carga, en ese sentido, de esa población fronteriza, la asumió la Venezuela petrolera. Son alrededor de 4 millones de colombianos los que viven en nuestro país, que ya todos son venezolanos, doble cedulados, muchos de ellos por los votos que necesitó Chávez para mantenerse en el poder.
Ahora, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, descubre que hay contrabando y paramilitares No nombra, ni de vaina, a las guerrillas de izquierda.. Un aplauso. Es más, un doble aplauso, por no saber en ciencia cierta si nació en Cúcuta o en Venezuela, cosa que para mí podemos obviar, dado lo que dije antes de la misma cultura fronteriza, pero la Constitución Bolivariana de Venezuela, prohíbe expresamente que alguien no nacido en este país pueda ser el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
¿Qué hacer? A mi modo de ver las cosas, creo que no hay otro remedio que no sea cambiar de gobierno. Estos tipos que se han enriquecido con el erario, con la plata de todos los venezolanos, y que está buchones, ya les tocó la hora. No es un problema solamente de ignorancia. Es un problema de corrupción. Así de sencillo. Y en el momento oportuno, aplicarle la justicia, a todos, a los TSJ, a la Defensoría del Pueblo, al alto mando militar, al CNE, al Contralor y a todos aquellos que se han enriquecido a costillas del pueblo.

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