La Bolsa de Shanghái sufrió nuevas perturbaciones este
miércoles, al igual que otras plazas asiáticas, alarmadas por las persistentes
señales de debilidad de la economía china, consideradas un mal augurio para el
crecimiento global.
La principal bolsa china llegó a caer un 4,39% en la
apertura, después de un martes con fuertes bajadas en todo el mundo, aunque se
recuperó a lo largo de una jornada de gran volatilidad para cerrar con un
repliegue moderado, del 0,20%, en tanto que las principales bolsas europeas
abrían al alza.
La Bolsa de Shenzhen cerró, por su lado, con una caída del
1,98% y Hong Kong retrocedió un 1,18%.
Las incertidumbres sobre China impactan en todo el mundo.
Australia, cuyo principal socio comercial es China, tuvo en
el periodo abril-junio un crecimiento económico de apenas un 0,2%, inferior al
previsto, y el dólar australiano -que depende en gran medida de los enormes
recursos mineros del país- roza actualmente su cotización mínima en seis años.
Canadá, por su lado, entró oficialmente en recesión, debido
al frenazo abrupto de su sector petrolero, afectado por el derrumbe del precio
del barril.
Tanto Australia como Canadá son sumamente dependientes de sus
exportaciones de materias primas, como el mineral de hierro, que alimentaron el
crecimiento chino de la última década.
Una situación que también repercute en América Latina, dado
que China es el segundo origen de las importaciones y el tercer destino de las
exportaciones del subcontinente, según la Cepal. Y el 75% de esos productos
exportados es primario, desde granos hasta petróleo.
Los inversores ven además con preocupación la eventualidad de
que la Reserva Federal (FED) estadounidense aumente en septiembre sus tipos de
interés, una medida que tendría un impacto negativo en el dinamismo de la
economía.
- Nerviosismo de los inversores -
"La intranquilidad por la economía mundial se ve atizada
por las preocupaciones sobre China y, en momentos en que la FED evalúa aumentar
sus tasas, los inversores están nerviosos", explicó Shane Oliver, analista
de AMP Capital Investors, en unas declaraciones a la agencia Bloomberg.
Los datos chinos revelaron el martes una contracción
importante de la actividad industrial de la segunda economía mundial.
Los mercados financieros de China están generalmente
desconectados de la economía real, pero China, que representa un 13% del PIB
mundial, es un motor vital de la economía global.
Y muchos analistas se preguntan si China, después de años de
crecimiento de dos dígitos, conseguirá realizar con éxito su transición a un
modelo económico más sólido, con mayor desarrollo de los sectores del consumo y
los servicios.
Estados Unidos, que salió de la recesión pero sin alejar del
todo el espectro de la crisis de 2008, llamará a China a exponer sus planes, en
la reunión del G20 de potencias industrializadas y emergentes que se realizará
esta semana en Turquía.
El secretario del Tesoro de EEUU, Jacob Lew, "hará
hincapié en que el mundo necesita, fundamentalmente, un aumento de la
demanda", dijo un alto funcionario de ese departamento.
Las autoridades chinas reanudaron aparentemente sus compras
de acciones de grandes grupos industriales, con la intención de estabilizar las
bolsas del país.
"Pero así y todo los inversores están perdiendo la
confianza" y los pequeños accionistas, sumamente endeudados, se retiran
del mercado, en tanto que las caídas de las bolsas mundiales acentúa el
desánimo, señaló Wu Kan, gestor de fondos de JK Life Insurance, de Shanghái.
Pese a esas dificultades, la directora gerente del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, afirmó este miércoles en
Yakarta que las economías asiáticas resisten relativamente "bien" y
que la región sigue siendo un factor clave del crecimiento mundial.
Fuente: AFP
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