domingo, 13 de septiembre de 2015

Autoridades del BCV incumplen con la Constitución y las leyes
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Salvatore Lo Mónaco.-El Banco Central de Venezuela está obligado a proporcionar las cifras e indicadores económicos, en los primeros 10 días de cada mes,  que le determina la Constitución y las leyes de la República, para conocimiento de sus ciudadanos, especialmente de la utilización de recursos públicos, de los cuales, en Venezuela proviene el 96% de las divisas por concepto de venta de petróleo.
   No lo está haciendo, no está proporcionando los índices de inflación desde hace 8 meses (INPC)  ni los de escasez, ni siquiera el Producto Interno Bruto (PIB) por lo que deja a la población en la oscuridad total y los contratos, que se basan precisamente en los índices de  inflación, que Venezuela detenta la mayor del mundo, terminan pactándose a la discrecionalidad de las partes.
   De nada sirvió la introducción de un recurso jurídico de parte de la organización Transparencia Venezuela ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para exigir que el BCV publicara la inflación.
   El inefable TSJ dijo nada más y nada menos que esa ONG no había aportado ningún elemento de prueba al respecto, es más, tuvo el descaro de decir que no habían introducido, antes, un requerimiento al Banco Central de Venezuela para solicitar dichos indicadores, acudir previamente a la vía administrativa para que les respondiera, cuando cualquier estudiante de Derecho sabe que esa es una obligación del Instituto Emisor, sin que nadie tenga que pedirle nada.
   Sin embargo, Transparencia Venezuela, luego de la tozuda formulación del TSJ, se animó, luego de calmarse de paciencia, y presentó una solicitud, para cumplir con la tarea, ante el BCV, dedicó la misiva a su Presidente, el matemático Nelson Merentes, para llenar los recursos de “Ley”, y que, si a él, finalmente, le da la gana, algún día publicará, a sabiendas que apagó la luz en el país, que no existen cifras oficiales para poder planificar y mucho menos habrá posibilidades de inversiones, que no sean comprar productos a punto de vencimiento, a 6,30 Bs por dólar, dejar que se terminen de vencer en los puertos y, los que hicieron los trámites se metan una boloña. Ese es el lenguaje que quieren oír y ese es el lenguaje que oyen, si es que oyen algo diferente a las cifras que tienen en sus cuentas en el exterior.
  Pero, en esa operación no están solos. Los acompaña el inefable presidente del Instituto Nacional de Estadísticas, Elías Eljuri, para el que Venezuela está de “perlas”, una maravilla. Las más recientes cifras del Cenda, que es un organismo serio, ubican la Canasta Alimentaria de agosto en Bs. 28.363,22, un aumento de 32,6% con respecto al mes de julio.
  Afortunadamente, para Eljuri y para Merentes, ya ellos no viven solamente del sueldo de la UCV, unos 9.000 bolívares en promedio para los profesores. Ingresos que tendrían que acumular, sin gastar nada de ello, necesitarían 22 meses sin comer, ni nada, para comprar 4 cauchos a razón actual de 50.000 bolívares cada uno (si es que lo consiguen) para, tal vez, darle curso a su destartalado Malibú de los ochenta. ¿No sé si me entiendes, Merentes y Elías? Tampoco conozco si finalmente lo entendió Jorge Giordani, uno de los grandes responsables de esta situación. Y no me vengan con el cuento que ustedes viven con 9.000 bolívares mensuales, ni con 20.000 ni con 100.000. ¡A otro perro con ese hueso!
 Si no les gustó lo que les dije, acudan a la Susanita, que me encarcele por 150 años, 9 meses, 14 horas y 20 segundos. Ciao.


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