Los drones están pasando de ser "aparatitos"
de aeromodelismo a potentes máquinas voladoras autónomas que avanzan más rápido
que las regulaciones y la capacidad de las autoridades de controlar un denso
tráfico que puede provocar accidentes.
Según datos de la Administración Federal de Aviación
de EU (FAA), los casos en los que pilotos han denunciado riesgo de colisión con
un dron (en la mayoría de los casos cuadricópteros caseros) se multiplicó el
mes pasado por cuatro y por ocho en junio, comparado con los respectivos meses
de 2014.
Los pilotos han llegado a ver drones volando a alturas
de hasta 3.000 metros, algo que ha elevado la preocupación de las autoridades
de aviación civil, que intentan regular este tipo de aparatos tanto entre
aficionados como en una industria emergente.
La FAA está enfrascada en una campaña, "Know
before you fly" ("Conoce antes de volar"), para alertar de los
potenciales problemas que causan los drones, que pueden ser construidos en casa
y convertidos en sofisticados artilugios voladores con un presupuesto de unos
600 dólares.
La industria de drones es la que más rápido ha puesto
manos a la obra para que los operadores de esos aviones no tripulados, profesionales
o aficionados, conozcan dónde se puede volar y dónde no.
Las tensiones entre desconocimiento de las leyes y
ausencia de normas claras son los síntomas de las primeras fases del nacimiento
de un nuevo sector industrial, que en el futuro permitirá la fumigación de
plantaciones de manera totalmente automática o el envío de paquetería con
drones de hasta ocho rotores robotizados.
Una vez más el desarrollo tecnológico parece ir más
rápido que la capacidad del Gobierno para regular y, solo en febrero de este
año, la FAA emitió una primera propuesta para reglamentar el vuelo de pequeños
aparatos sin piloto.
Una de las normas que más ha incomodado a la industria
es la necesidad de que el operador tenga que tener en todo momento el aparato a
la vista, algo que la FAA está reconsiderando, ya que es un requerimiento que
acabaría con la posibilidad del vuelo de drones autómatas, en los que los
inversores ven el futuro.
El gigante del comercio por internet Amazon, que en
diciembre dejó a la industria de la paquetería boquiabierta al proponer
realizar envíos con drones guiados por GPS, propuso el mes pasado en una
conferencia de la NASA su concepto de un nuevo espacio aéreo.
Hasta los 60 metros el tráfico de drones deberá tener
límites de velocidad claros, mientras que entre los 60 y los 120 metros se
podrán operar drones avanzados a altas velocidades, con una zona de exclusión
aérea entre los 120 y 150 metros, y cerca de puntos sensibles como aeropuertos,
según la multinacional.
La Asociación de Electrónica de Consumo (CEA)
considera que 2015 marcará un punto de inflexión para el futuro de la industria
de drones, que adquirirá un valor estimado de 105 millones de dólares este año,
un 52% más que en 2014.
"En Estados Unidos vuelan diariamente 85.000
aparatos de aviación comercial, carga y militar. Ese número probablemente se
quede en nada comparado con los vuelos de drones en los próximos diez
años", adelanta Amazon.
Fuente: La Prensa
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