La Cámara de Caracas se pronuncia, en un comunicado oficial, en relación con la actual situación política que enfrenta Venezuela y sus secuelas económicas y pide restituir la legalidad en el país:
1. La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas suma su voz a la del resto de las instituciones que se han pronunciado sobre la crisis política y sus secuelas económicas. A lo largo de esta larga coyuntura hemos apostado a la resolución institucional de las dificultades, entendiendo que los líderes deberían subordinar cualquier tipo de interés particular al logro del bienestar general.
2. Todos los sectores deberían apelar a la realidad e intentar verse reflejados en ella. La situación del país nos reclama a todos por igual que transformemos preocupaciones en acciones transformadoras. La perturbación de la institucionalidad democrática, la distancia irreversible que el gobierno ha tomado de los límites constitucionales, la obcecación asumida en relación con una política económica que solo produce más pobreza, más desinversión y más incertidumbre, la inseguridad ciudadana que ha desbordado cualquier límite soportable, y el evidente descontrol social que todos sufrimos, deberían hacernos reflexionar sobre la necesidad de conseguir una solución estable a lo que ahora solo parece inestabilidad y turbulencia.
3. Es innegable que vivimos una dramática crisis de gobernabilidad. Es obvio que el modelo político y económico del socialismo del siglo XXI está agotado. En lo político no ha producido la convergencia necesaria para gobernar sin apelar a la represión, la exclusión y la practica constante de la crispación. En lo económico es notable el derrumbe de la producción y la imposibilidad, dentro del modelo, para resolver la inflación y la escasez. En lo social priva el miedo, la incertidumbre y la desesperanza. No hay país que pueda salir del abismo en estas circunstancias.
4. La Constitución vigente ofrece un conjunto de opciones para resolver este tipo de coyunturas. Sin embargo, ninguna de ellas luce posible si las instituciones públicas desconocen el talante democrático y republicano del pacto social vigente. La paz social se ve obstaculizada si los que ejercen el poder prefieren la vía de los hechos y la práctica de una legalidad espuria que surge del uso indebido de la fuerza. No es posible el ejercicio de ningún derecho ciudadano ante el evidente desapego de las fuerzas armadas al juramento de defender el estado de derecho y el imperativo de la libertad. La Constitución deja de tener sentido cuando la interpretación que se hace de ella aleja al país de cualquier posibilidad de resolución pacífica de los conflictos sociales. Y cuando los poderes públicos son captados por una parcialidad, y por lo tanto dejan de estar al servicio del país, subordinados a la ley, atentos a rendir cuentas de sus actos, y practicantes celosos de la probidad en el uso de los recursos.
5. Todos los venezolanos hemos sido testigos indefensos de la denegación de cualquier camino constitucional y democrático para resolver nuestros problemas. El poder ejecutivo, judicial y el poder moral se han alineado para cancelar cualquier apelación a la soberanía, que reside en el pueblo, y que se expresa a través de la consulta electoral. El poder legislativo ha sido indebidamente asediado y desconocidas sus atribuciones, usando para ello cualquier tipo de iniciativas apuntaladas por el uso indebido de la fuerza. Las democracias no funcionan así. Los partidos políticos han sido diezmados. Se incrementa la nómina de presos políticos, y a los presos políticos se les niega el disfrute de los más elementales derechos humanos. El presidente ha intentado gobernar prevaliéndose de un decreto de estado de excepción que ha sido mantenido a pesar de que sus supuestos han sido impugnados y su legalidad ha sido sistemáticamente negada por el parlamento. Los regímenes que intentan gobernar a un país al margen de la legalidad, reprimiendo las libertades y negando los derechos ciudadanos no son democracias. Se llaman dictaduras. Y eso es lo que vivimos actualmente.
Fuente: Prensa La Cámara de Caracas
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